El nombre del viento es la primera obra de la trilogía de Patrick Rothfuss. Después de que varias personas me aconsejaran sobre este libro, decidí leerlo. Su género fantástico es algo que engancha desde el primer momento si eres seguidor de éste género, pero lo que realmente me tuvo pegado al libro todas las noches es la calidad de narración de la obra. Patrick nos envuelve en su fantasía , la historia de Kvothe, haciendo que saborees cada página.
Kvothe es un personaje legendario. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. Es el héroe y el villano de miles de historias que corren entre las personas, y todos le dan por muerto, cuando en realidad vive con un nombre falso en una posada en tierra de nadie. Una noche, un viajero, le reconoce y le suplica que le revele su verdadera historia y no la que ha quedado diluida tras los rumores, a lo que finalmente Kvothe accede con una condición: le llevará tres días.
El nombre del viento relata el primer día de historia. Es sin duda un libro digno de cualquier estantería en el que encontrarás aventura, magia, un fuerte amor, amistad, y la fantasía que hace de éste, un libro que no podrás parar de leer. Y después de terminar de leerlo, estoy ansioso por continuar la historia en la segunda parte de esta fantástica trilogía, El temor de un hombre sabio.
"He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Antes de empezar, la cuestión queda bien clara. ¿Qué es un friki? Según la propia Wikipedia, friki es un término que procede del ingles "freak", se traduce como extraño, extravagante o estrafalario, y se usa para referirse a la persona de apariencia o comportamiento fuera de lo habitual, interesada u obsesionada en un tema o hobby en concreto en el que se considera fanático.
Según esta definición, cualquier persona podría considerarse friki, ya que toda persona tiene un hobby o se considera fanático de algo, ¿no? Así que olvidar el típico niño gordo con gafas, sin novia (todas las chicas huyen de este espécimen, no vaya a ser que les amenace en japonés con una katana), de vida social prácticamente nula y considerado como "el bicho raro" del colegio. Vosotros también sois frikis, admitirlo. Y si para ello debo admitirlo yo primero, lo haré.
Bien, soy un friki. Amo los mundos de la fantasía y de la tierra media llenos de magia, me gusta jugar a juegos de rol online, compro figuras y libros de fantasía, me sumerjo en ellos mientras los leo. Me gusta ver películas de dibujos en las que rio y disfruto como un niño, ver algún que otro anime, volver a ver todas esas series que marcaron un antes y un después en mi infancia, pues no me gusta olvidar lo que un día fui. De hecho alguna que otra vez vuelvo a coger la Game Boy para echar unas partidas al Pokemon. Me gustan los cosplay, y todavía hoy alucino cuando veo algún cosplay de Dante de Devil may cry (¡menudo juego!) o cualquier cosplay de la Blizzcon. No habré conseguido ver ninguna película de Star Wars entera, pero en cambio "El señor de los anillos" debo verla al menos una vez al año. Las tres películas. Versión extendida, ¡por supuesto!
Me gusta ir a comprar a Fnac, alucinar con las camisetas que venden (las que si te las pones te dan +30 de agilidad y -50 de sex appeal), ver la cantidad de libros que hay de mi gusto, reir cambiando la Biblia de la sección "Libros espirituales" a la de "Ciencia ficción" (feel like a delincuente). Probar los juegos que ponen de prueba, ponerme las gafas 3D que dejan para que veas la televisión y reírme de lo malo que es el 3D hoy en día, poder tener en mis manos las ediciones coleccionista de Lost (perdidos) y maldecir mi escasez económica, ver la cantidad de cómics y alucinar con los posters de elfos, ninfas, personajes de videojuegos o series de dibujos. Toquetear los ordenadores, sobretodo los de Apple, alucinar con los monitores de 30 pulgadas, y nuevamente maldecir mi escasez económica. Cualquier cosa me sirve allí para estar con los ojos como platos, es como estar en el paraíso. Libros, cómics, música, peluches, figuras, llaveros (dan +20 de intelecto, compra alguno), chapas, camisetas, mi taza de Ghostbusters para mis cafés de las mañanas (maldita canción de Ghostbusters, qué pegadiza es), y de todo tipo de artilugios para dejar tu habitación hecha un desastre.
Con esto no quiero decir que yo sea como la persona que he descrito al principio de esta entrada, no. Pues en casa sólo escucho "¡come más que estás hecho un palillo", y eso hago. Mi vista aunque pase horas muertas delante del ordenador jugando y noches enteras leyendo, aún no ha necesitado gafas y podría aplicar el dicho de "tienes más vista que un lince". Tampoco amenazo con katanas a las personas por la calle, en cambio otras personas que no se consideran frikis te amenazan con cuchillos (las que dicen ser primos tuyos y tú no recuerdas haberle visto en la última cena familiar), mundo de locos. En el colegio no es que fuese un bicho raro por ser friki, lo fui por otras causas que es mejor no mencionar, pues estamos hablando del sujeto friki.
¿Y en cuanto a la vida cotidiana? Quizá es el único contra que puedo encontrar, la vida social no es del todo la deseada. Entablar una conversación con alguien desconocido me resulta extremadamente difícil, y se que hay personas que les resulta bastante más sencillo. ¿Qué le vas a decir? "Hola soy Jesús, puedes llamarme Whisper, soy un elfo de la noche sacerdote nivel 85, ¿te gustaría ir a tomar un té de mentamiel fabricado por los mejores magos Kirin Tor de Dalarán en la taberna de Amisi Mirada Azur? ¡Invito yo!". Sencillamente no es así. A veces puedes sentirte algo excluido de las personas, de tal modo que a veces sientes que no estás en el lugar correcto, sientes como si tus gustos estuviesen atrapados en tu habitación y necesitas llegar a casa para poder ser tu mismo. Sientes como si no comprendiesen tus gustos. Esa es la parte mala de todo esto, puedes pensar que quizá no es tan malo, y puedes deducir que la poca relación con las personas te hace más tímido de lo normal. Pero muchas veces, prefieres estar en casa. No ves motivación para salir, prefieres estar con lo tuyo y sin quererlo te atrapas en tus pensamientos y cuando te has dado cuenta ha pasado todo un verano y lo único que has hecho ha sido jugar y leer, entonces recuerdas que existe la playa. También es cierto que como el típico "gordo friki", la carencia de una pareja me atrapa más en una habitación. Me explico, las personas tienen pareja y disfrutan el verano, yo en cambio no la tengo, ¿cómo voy a disfrutar el verano yo solo? Lo único que puedes hacer es algo con lo que disfrutes tú solo.
Así que no me tachéis de persona antisocial, quizá sea demasiado tímido, pero a mí también me gustaría disfrutar el verano de ese modo, ir a la playa con 500 Miles sonando de fondo, apreciando la brisa veraniega, observando el atardecer desde la arena, ver alguna película en el cine acompañado, viajar por el mundo y en definitiva, hacer todas estas cosas que puedes hacer acompañado.
<Whisper mira fíjamente su copa mientras la rodea con las manos, suspira, y alza la vista dibujando una leve sonrisa en su rostro>
Mientras tanto, hay que contentarse con lo que se tiene. Disfruta de lo que te guste, y saca ese pequeño friki que llevas dentro.
"Denna estaba a apenas tres metros de mí cuando levantó la cabeza y me vio. Su rostro se iluminó, como si alguien hubiera encendido una vela en su interior que la hiciera resplandecer. Corrió hacia mí, cubriendo la distancia que nos separaba con tres atolondrados pasos.
Por un instante, pareció que fuera a echarse en mis brazos, pero en el último momento se paró y miró a las personas que estaban sentadas alrededor de nosotros. En el espacio de medio paso, transformó su alegre carrerilla en un comedido saludo. Lo hizo con elegancia, pero aun así tuvo que apoyar una mano en mi pecho para estabilizarse, para no caer sobre mi debido a su repentina parada.
Entonces me sonrió. Era una sonrisa dulce, cariñosa y tímida como una flor que se abre. Era cordial, sincera y ligeramente turbada. Cuando me sonrió sentí...
No se me ocurre cómo describirlo, de verdad. Sería más fácil mentir. Podría copiar algunas frases de cualquier historia y contaros una mentira tan familiar que no dudaríais en tragárosla. Podría decir que se me doblaron las rodillas. Que me costaba respirar. Pero eso no sería la verdad. Mi corazón no latió más deprisa, ni se paró, ni alteró su ritmo. Eso es lo que nos cuentan en las historias. Tonterías. Hipérboles. Chorradas. Y aún así...
Salid a pasear un día de principios de invierno, después del primer frío de la temporada. Buscad una charca con una fina película de hielo en la superficie, todavía limpia, intacta y transparente como el cristal. Cerca de la orilla, el hielo aguantará vuestro peso. Deslizaos un poco por él. Más allá. Al final encontraréis el sitio donde la superficie soporta vuestro peso de milagro. Entonces sentiréis lo que sentí yo. El hielo se rompe bajo vuestros pies. Mirad hacia abajo y veréis las blancas grietas recorriendo el hielo como alocadas, complicadas telarañas. No se oye nada, pero notáis la vibración a través de las plantas de los pies.
Eso fue lo que pasó cuando Denna me sonrió. No quiero decir que me sintiera como si me encontrase sobre una fina capa de hielo a punto de ceder bajo mi peso. No. Me sentí como el hielo mismo, resquebrajado de pronto, con grietas extendiéndose a partir del sitio donde ella me había tocado, en el pecho. La única razón por la que me sostenía era porque el millar de piezas que me componían se apoyaban unas en otras. Temía derrumbarme si me movía."
Bonito texto del último libro con el que me he hecho, ¿verdad? : )
Sin música, la vida sería un error. ¿Por qué algo tan sencillo es tan vital? Unos acordes, una voz, o cualquier modo de transmitir sensaciones es suficiente para sumergirte en la inmensidad de la música. Esta es la característica principal del arte, y la de la música, es la de poder entrar por los oídos y llegar al corazón.
Cierra los ojos después de un día largo, acomódate , enciende la música y entonces comprenderás estas palabras. Sueña despierto mientras escuchas tu canción, olvidando y dejando atrás lo sucedido en el día, cada paso dado. ¿Qué importa? Lo que estás escuchando es precioso. Mis palabras se quedan cortas ante la música, para entenderlo hay que sentirlo. Es como si las energías que fluyen por el mundo se alineasen en tu cuerpo de tal manera que notas una paz interior indescriptible, mientras que tú te elevas hacia las nubes y vuelas, muy alto, quedando debajo de ti este mundo incomprensible. Quieres llorar. ¿De alegría? No estoy seguro si es de alegría, o porque quizá la música te está dando lo que necesitas en ese momento, sentirte querido, arropado.
Ahora recuerda tu canción que un día te animó , y que ahora de tal manera cada vez que la escuchas te invade la euforia, recuerda la canción que llega a tu parte más sensible del corazón, como una espina punzante que no termina de clavarse en él, pero está ahí, y hace daño. Olores, recuerdos visuales. Cualquier recuerdo se queda grabado en tu mente y puede parecer que ha desaparecido, pero, la música un día , silenciosamente y sin darte prácticamente cuenta te susurra los recuerdos, y uno a uno los activa en ti.
Sea como sea, tengas un día bueno o malo, estés triste o desbordando alegría, la música siempre está y estará ahí. Haciendo de ti una persona que sueña, que siente. Ella podrá sacar tu lado más frágil y llenará tu soledad, o al menos, parte de ella.
Antes de empezar, aclaro que la extensión de este texto se debe al mosqueo que me trajo la noticia. Dicho esto, empecemos.
La injusticia es algo que está a la orden del día, como por ejemplo aquello que nos encontramos en cada calle, la injusticia en los juzgados. Muchos son los casos de asesinos que quedan libres por matar, muchos son los casos de pederastas que quedan libres por violar y jugar con la inocencia infantil. Por desgracia hace un par de semanas los afectados hemos sido los asociados a la red de internet. Megaupload fue cerrado, así como "el gordo de megaupload" fue detenido en su propio país por unos agentes de los EE.UU. Pronto corrió la voz por todo internet de este suceso. Los cargos que se implican a "el gordo de megaupload" son claros: el uso fraudulento de internet, perjudicando a la propiedad intelectual. La sanción consta de 50 años de cárcel (mientras, por matar a una persona te pueden caer 8 años con mala suerte) , y según dicen los propios juzgados, una multa de una cantidad de dinero que triplica lo que en realidad ha ganado.
Llegados a este punto he notado que tenía que escribir estas líneas, desahogar un poco esta sensación de que intentan cerrar cualquier cosa que aporte cultura. Y no es para menos, pues internet es hoy en día un cuenco lleno de cultura, lleno de pensamientos libres, y por así decirlo, nuestro pequeño hogar en el que compartimos nuestros gustos y nos sentimos como en casa. ¿Acaso compartir archivos es ilegal? Aún recuerdo cuando de pequeño, cuando internet aún era una herramienta no tan desarrollada como ahora, yo mismo cogía una cinta y grababa una canción de la radio, que más tarde grabaría a gente conocida, y que más tarde esa gente grabaría a su gente conocida haciendo de esto un bucle. "¿Por qué tengo que comprar un disco que solo me gusta una canción?" pensaba yo. Y con toda la razón del mundo, pues pagar por una canción todo un disco, no tiene mucho sentido, al igual que ir al cine a pagar una película que no sabes si te va a gustar.
Y dicho esto es cuando entran las aclaraciones de la propiedad intelectual, que "tan dañadas" están viendo su contenido. Pues bien, desde aquí quiero aclarar que muchas series y películas las he descubierto gracias a internet, y gracias a esta vía de publicidad gratuita que le han hecho a dicha serie o película he llegado a comprar alguna y muchas otras tener en mente comprarlas. Al igual con la música, durante estos años he conocido infinidad de grupos (sin añadir la cultura musical que he podido adquirir por investigar), y como siempre, habrán grupos que te han recomendado y a ti no te han gustado, pero otros en cambio te habrán gustado, y tú mismo habrás recomendado a otras personas tus gustos, entrando en el bucle que he mencionado anteriormente. ¿Realmente te están dañando tanto? Creo que queda claro que te estás publicitando gracias a internet, y si no fuese por internet, no te haría caso ni la mitad de las personas, porque directamente ni te conocerían.
Amigos del FBI, amiga Sinde, querida SGAE que os hacéis mansiones con dinero negro, los internautas compartimos información, compartimos nuestros gustos, ampliamos nuestra cultura y damos a conocer a vuestros grupos, series y películas. Meted vuestras narices en ayudar a parar la prostitución infantil, en el tráfico de órganos, en todos los asesinos que andan sueltos, y dejar de tacharnos de delincuentes cuando los primeros delincuentes sois vosotros.